Y las falsas
Esperanzas
Como Aguirre que ha empezado
su campaña electoral con la promesa de
deshacerse del ayuntamiento de Madrid. Seguro que habla en el sentido más liberal y literal
para que los ilusos no le reprochen nada cuando termine de vender lo poco que
queda de la ciudad, y por fin zarazizar y macdonizarlo todo. Los
cines y teatros pueden ser sustituidos por el Parlamento y así todo quedará convertido en un inmenso centro
comercial. Y algunos forrados como un
mastodóntico cartel publicitario (o electoral, que es lo mismo). Esperanza
habla bien claro e igual que presenta sin tapujos su programa electoral, recuerda
a Cristina
Pistolas quien es la más moderna y la más guay de la pandilla. Porque Esperanza
dice lo que le da la gana, y lo mismo se presenta a la alcaldía por el Partido
Popular que se manifiesta contra el gobierno y la ley del aborto del también
Partido
Popular. Es lo que tiene la esquizofrenia y ser tan popular como Belén
Esteban. Al final sus fieles, enloquecidos, y devotos votantes siempre le votan aunque proponga tirar la
bomba atómica en la Puerta del Sol. Esperanza es la Justin Bieber de la
política y todo se le perdona. A su
colega de correrías, Ignacio González, le ha tocado ser
la Renee
Zellweger porque lo han dejado
con la cara transformada y descompuesta con tantas operaciones raras con el
señor Villarejo, ese hombre del renacimiento que igual te monta un
imperio de la ley que una operación en la cafetería. Luego están las promesas
del ministro Morenés que son tan falsas como el programa electoral de su
partido porque al ministro solo le interesa perpetuar a sus amigos del ejército
que ya le estarán buscando un buen puesto en la retaguardia de la
industria para cuando deje el
ministerio. Y las falsas esperanzas de Zaida Cantera que creyó que lo de la
Transición también había llegado al ejército y al ministro
pero el ministro ordenó callar a todo el mundo, como hicieron los
generales y generalísimos de antes de la Transición. Otras promesas son las
de los bancos, de Madrid y de otros bonitos lugares de nuestra ancha y retorcida
geografía, que siguen éticamente comprometidos con la sociedad española y ahora
solo operan con organizaciones rusas y chinas desde la mismísima plaza de Colón
(la plaza de la bandera y de los
lavanderos). Y en un extraño híbrido de operación y promesas se ha convertido el rescate de los huesos de Miguel
de Cervantes, como una nueva entrega de Mortadelo y Filemón que
nadie sabe si tomarse en serio, ni tan siquiera el ayuntamiento que podría
meter los huesos del escritor en el lote del Palacio de Correos para
cuando Esperanza lo venda y que así el pelotazo sea mayor. Además,
siguen prometiendo en la banda de las black card que no sabían nada de las
tarjetas millonarias, solo vaciarlas. Y Tania Sánchez promete en portada estar
preparando un futuro mejor que de momento solo se ha quedado en una insípida
sopa de letras. En Andalucía, para todos y de todos los colores, promesas,
promesas, promesas, como decía la canción, ¿o era parole?https://www.youtube.com/watch?v=U9jTs8WdgOQ En fin, exijamos lo
que es justo sin esperar demasiado. Muchas esperanzas suelen ser un fraude y las
promesas se las lleva el viento, la jornada electoral y la Semana Santa. Feliz
semana corriente. El próximo sábado más
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