Spain is
different
Hoy no os quiero aburrir con la historia
del inquisidor Acebes ni con las malas compañías de Esperanza Aguirre, que la
han dejado un rato disgustada con tanto mangoneo, ¡cómo los pille por Génova
acelera! Ni con ninguno de los miembros rotos por alguno de los nuevos miembros
elegidos para la ejecutiva socialista de
Castilla y León, ¡gente fina y selecta, mezcla de Pajares y El Padrino! Ni con
Podemos que parece que para empezar ya no se entienden entre ellos, ¡se acabó
el buenrollismo! Ni con Rosita Amores, ese cóctel de variedades con ingredientes
de Rupaul, Carmen de Mairena y el carnaval de Tenerife con el Loro Park
incluido, y los cientos de millones de la caja fija de la Generalitat
Siciliana, ¡los discapacitados que disfruten viendo a Rosita que para eso la
contrata el Govern, paga y baile no puede ser! Ni con Blesa ni con la fianza ni con la confianza
de los Reyes de España en un futuro mejor para todos los demás, ¡ellos ya lo
tienen, qué suerte y qué listos! Ni con la consulta ni con las explicaciones de
los bankieros que cada día nos insultan ni con las ya cotidianas y
excepcionales jornadas del chorizo ibérico. Solo celebrar que somos diferentes
y seguimos llenando las plazas, los bares, los teatros para ver Smiley, de
Guillem Clua, uno de los mejores dramaturgos del momento, que seguimos yendo al
cine para ver Relatos Salvajes y maravillosos, o para ver el horror de Magical
Girl. Y seguimos llenando las calles, los campos, las playas, con muy poco
dinero pero con toda la ilusión de seguir viviendo. Y mientras vivimos sería
bueno pensar lo que haremos las próximas elecciones, si seguiremos votando a
listas con imputados para mantenernos firmes a nuestros principios, si no iremos
a votar porque son todos iguales, y en definitiva; si realmente somos tan
diferentes o demasiado parecidos. Avisados
estamos a diario y tiempo tenemos para pensarlo. Feliz semana.